Letra de Manco

Letra de Manco

Yo, S&W (Autobiografía de alguien que no se considera un objeto cualquiera)

Eduardo Alberto Melano

 

No podría decir que nací, sino que tome forma, orgulloso de mi familia con gran linaje y antecedentes. Mis ancestros me crearon por allá en el año 1852 en la ciudad de Norwich Puedo citar mis orígenes en la idea desarrollada por Horace Smith, un fabricante de herramientas, y Daniel Baird Wesson, un armero, de la ciudad Horace Smith y Daniel B. Wesson formaron mi familia, esta unión se formalizo bajo el nombre Smith & Wesson en Norwich, Connecticut, Estados Unidos en 1852 como ya les mencionara. Allí dieron origen a mi hermano mayor Volcanic, conocido por entonces como el mejor fusil. Mi hermano, orgulloso, elegante y algo prepotente decidió abandonar a mis padres huyendo de casa para refugiarse con Oliver Winchester. Esto origino una separación de mis progenitores, los cuales más tarde se unen nuevamente y allí aparezco yo, novedoso y bello niño al que llaman S&W por nombre de pilas, sin saber precisamente el motivo, aunque se presume que fue por alguien que había tenido un hijo parecido a mí apodado Colt. A lo largo de los años he recorrido el mundo, recordando como epopeya aquella de los muchachos vaqueros más identificados como Cow Boys, también he vivido malas y cruentas experiencias. Un día, no recuerdo cual, me vi dentro de un maletín elegante en las manos de alguien que nunca me gustó, hombre distinguido que detrás de esa máscara ocultaba todo su cinismo, violencia, falta de escrúpulo y sangre fría. Era de noche cuando salimos, yo en el maletín, desde allí escuche una conversación que fue subiendo de tono hasta convertirse en una discusión violenta en la que se distinguía la voz de una mujer. De pronto se abrió el maletín, me tomo bruscamente apuntando a dos hombres y la mujer que había oído, los hace arrodillar frente a mí, uno de los hombres se orina, tiembla y pide perdón, la mujer cierra los ojos. Tres bocanadas de fuego salen de mí, los tres caen impactados en la cabeza con un leve estertor de muerte, sonriente me vuelve a exigir, salen de mí, otras tres bocanadas de fuego regando de sangre el pecho de las tres personas, salimos en silencio, y yo en el maletín. Situaciones similares a esta se repitieron, en varias oportunidades de manera diferente, pero siempre con el mismo final el cual me incomodaba sobre manera, haciéndome sentir parte de estos terribles acontecimientos. Siempre asumí que mi razón de ser era para actuar con valentía ante situaciones que implicaban honor, coraje y justicia. Estando yo tranquilo en mi hábitat un día aparece alguien que se presenta como Bowie, – ¿Solo Bowie? – Pregunto – Ya te dije, llámame Bowie- Fue le dura respuesta Era frio y tenebroso, daba miedo tenerlo al lado, a pesar de mi prestancia y prestigio era lo que yo sentía. Salimos los dos juntos un día, no dentro del maletín si no en la cintura de nuestro dueño, debajo de un elegante saco negro a rayas cruzado, tal su elegante costumbre, y un llamativo abrigo pesado en su brazo derecho. Nos desplazamos por la avenida principal hasta encontrarnos con una bella mujer, vestida también de negro, zapatos de tacos y elegante capelina al tono. Luego de pocos minutos de conversación entre ambos y ya con las primeras sombras de la noche caminamos por una calle secundaria hasta llegar a un callejón detrás de un conocido restaurante. Allí sorpresivamente, tomó violentamente a la mujer por la espalda, le cubrió la cabeza con el abrigo, y sacándome de su cintura me hizo rugir una vez sobre la cabellera platinada. Escupí un fuego sordo por debajo del abrigo. Me colocó en su cintura, extendió el cadáver de la mujer en el suelo detrás de un contenedor de basura desnudándola por completo. Lo que presencie a continuación me hace avergonzar de mi historia y mi existencia, tomando a mi tenebroso compañero comenzó a seccionar a la mujer en partes arrojando cada una de ellas en el contenedor. Con una manguera utilizada habitualmente por personal del restaurante lavó la escena inclusive sus manos y a mi compañero, se llevò la ropa de la mujer envuelta en el abrigo destruyendo todo al llegar a su casa. Al parecer el suceso tuvo mucha repercusión pública por la importancia de la mujer, cuyo cadáver descuartizado fue descubierta esa misma noche, por gente de limpieza del restaurante. Esta mujer era la esposa de un acaudalado millonario, con mucho poder en la ciudad, que mando a matarla sospechando de su infidelidad con un joven abogado del fuero local, quien había iniciado un juicio por maltrato y sometimiento en contra del empresario, impulsado por la víctima. De la investigación se ocupó un conocido detective de la policía local, quien tras largas tareas llego a determinar el calibre del arma utilizada y las características del seccionamiento del cuerpo, lo cual se correspondía con ciertas habilidades no comunes en cualquier persona. Nuestro indeseable poseedor, es decir el que nos tenía en el maletín estaba siendo seguido por este detective ante la sospecha de su cómoda vida sin tener actividad visible que le permitiera llevar una vida tan displicente como la suya, argumentado este que era de rentas obtenidas de una cadena de carnicerías vendidas oportunamente en otra ciudad. Esta profesión hizo sospechar al detective que comenzó a vincularlo con el crimen de la mujer del empresario, además de una oculta relación con este, también descubierta por este sagaz investigador. Al parecer sus vinculaciones permitieron enterarse de un inminente allanamiento que se realizaría en su lujoso departamento de la costanera, envidia de muchos pudientes habitantes de la ciudad. Salimos mi compañero y yo un atardecer de manera presurosa, anduvimos en auto algunos minutos. Luego escuchamos un motor que sonaba diferente, nuestro entorno se movía, después de una quietud que termina con la apertura brusca del maletín para luego hundirnos en aguas ya oscuras por la hora del día y la suciedad propias de las mismas. Aquí estoy, deteriorándome en la profundidad de aguas no muy claras, sin saber de mi frio y casual acompañante de habitación, maldiciendo este final que no esperaba para alguien de tanto linaje como yo, deseando que el responsable de este, nuestro destino, pague sus culpas.

 

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